Playa Dubhe

El Sombra y la mujer llegaron, transportados por el hechizo de la misma. Se respiraba un aire de tranquilidad, las olas pegaban amablemente ante la arena y producían un agradable y relajante arrullo. Como en todo Tseem She, las estrellas resplandecían en todo su esplendor.

Miro con asombro a su alrededor pero, sobre todo, él cielocompletamente iluminado por las estrellas quedando hipnotizada ante tanta belleza astral. Sin duda alguna de entre todos los miembros de su Clan ella y su hermanas eran las mas adictas a la astrología, si bien no la estudiaban les encantaba aprender cosas sobre esta y pasarse hora mirando él cielo nocturno. Por un momento se olvido de que Hiroki la tenia en brazos y que ella seguramente ya podía ser una molestia .

-¿Te gusta?-Le preguntó, igual de maravillado que ella. Si, era su manada, sin embargo la belleza que lo envolvía nunca terminaba de sorprenderlo. Hiroki siempre fue un adicto a la noche, y sin duda Fomalhaut era su hogar, lo comprendió apenas hubo pisado un pie ahí.
Con delicadeza, bajó lentamente a Mailén hasta dejarla en la arena.

No pudo emitir palabra alguna , estaba absorta, pérdida en la belleza del y cielo, él cual solo pudo apreciar en muy pocas y raras ovaciones.
- Él cielo esta despierto - susurro como cuando era pequeña junto con su hermana. - ¿si me encanta?- miro a Hiroki teniendo que alzar la cabeza ya que aun parada éste era mas alto que ella - me fascina, en realidad no hay descripción como tal para poder llamar a lo que mis ojos ven - susurro volviendo su cabeza hacia él cielo nocturno.

-El cielo siempre ha estado vivo-Dijo distraídamente, mirando las estrellas.-Solamente que nadie puede sentir como respira.
De nuevo se quedó absorto en las estrellas. Hiroki era un nictofilo hecho y derecho, conocía todas y cada una de las constelaciones y sabía guiarse por las estrellas. Inclusive podría controlar la noche, aunque aún no supiera como hacerlo voluntariamente, simplemente sucedía.

Sonrió de lado, no sabía bien por qué... si era por la afirmación que Hiroki le había dicho o simplemente por los recuerdos que pasaban frente a sus ojos.
-Máila der Himmel ist wach - susurró, un pensamiento en voz alta que hasta el mejor oído pudo escucharlo. - 'Maila el cielo está despierto'- le tradujo al Sombra mientras le miraba fijamente. - y mi hermana respondía Mailén der Himmel ist wach - Su sonrisa se ensanchó aun más mientras iba recordando - es la frase que usamos con mi hermana cada vez que vemos un cielo nocturno tan hermoso como éste. Verás, de donde yo provengo es muy raro que se vea el cielo nocturno, más que nada porque en Ghwän tan solo pasas los primeros tres meses y después no lo vuelves a pisar hasta que, en caso de ser mujer, estés a punto de dar a luz. Con Máila vimos el cielo nocturno de Ghwän solo tres veces de cachorras y era tan hermoso y fascinante como éste, claro que la única diferencia eran las lluvias de estrellas que pudimos contemplar. Desde que nos fuimos de allí, de esa tierra, nunca más pudimos ver un cielo nocturno igual, pocos se le acercaban...pero no tanto como éste - le contó con tranquilidad mientras contemplaba la vía-láctea. Tomo aire y lo mantuvo en sus pulmones por un largo rato hasta soltarlo en un susurro.

-Sé alemán, el idioma de mi clan lo requiere-Le comentó sin quitar la vista de su adorada noche.-Por eso decidí quedarme en Fomalhaut, aquí siempre puedo ver las estrellas. La única vez que vi un cielo tan hermoso fue cuando estuve a punto de morir, seguramente era una alucinación mía por la pérdida de sangre
Odiaba hablar de ese momento, aquella batalla que casi le había costado la vida, cuando perdió rotundamente contra un usurpador de su puesto de alfa.

Mantuvo el silencio por un largo rato, sus ojos aun estaban clavados en las estrellas mas después de pensar un momento los bajo y miro él agua.
- El cielo nocturno es hermoso sin duda alguna pero... ¿y el día? En él día uno puede apresiar los colores que la oscuridad tapa, puede apreciar ciertos animales que en la noche duermen... ¿nunca pensaste en aquello?- le pregunto mirándole de reojo, leyendo sus expreciones.

Negó con la cabeza lentamente.
-No me agrada el día, el brillo es caprichoso y cegador, y, además, muchos de los mejores hechos de mi vida han sucedido en las penumbras, bajo el manto de la noche-Cuando fue nombrado Sombra Roja, su venganza y ascensión como alfa, cuando fue transformado en Guerrero Sombra, el nacimiento de sus hijos... En fin, habían demasiados. En cambio, el día solo le había traído desgracias, el asesinato de sus pequeños, el destierro, las torturas... La lista era larga.

- Sin duda alguna es uno de los pocos cielos nocturnos mas hermosos que conozco... ¿sabes leer las estrellas? - le pregunto tranquila mientras se sentaba en la fina arena y estiraba sus piernas apoyando todo el peso de su cuerpo únicamente en sus brazos.

-Querida, estás hablando con el rey en esta disciplina-Le dijo dejando a relucir su característico tono arrogante. Se sentó a su lado, quizá más cerca de lo que debería, y señaló unas estrellas específicas-Ahí esta la Osa Mayor, la constelación más visible y reluciente que se ve desde aquí, por eso nombré a la zona con este nombre.

Sonrió de lado al ver aquella personalidad egocéntrica que había surgido en Hiroki. Entonces alzo la vista y con esta siguió el brazo del Sombra para ver el punto que señalaba. Ladeó la cabeza a un lado aun mirando la estrella.
- ¿Cual es tu favorita? - indagó en un susurro.

-¿Estrella? Eta Carinae, mejor conocida como Tseem She o El Trono del Cielo. Fue por esa que nombré de este modo a mi manada, desde siempre la he amado, y aunque parezca estúpido, no sé porqué-Rió, apenas dándose cuenta de ese detalle.-Si hablamos de constelaciones, Las Pléyades son mis favoritas, son diminutas pero ahí están, cada cultura tiene un mito diferente acerca de ellas, y todos son igual de fascinantes. Están por ahí, perseguidas por Orión el Guerrero.¿Que hay de ti?

Miraba las aguas escuchando a Hiroki con tranquilidad hasta que escucho la pregunta, sin duda alguna estaba con la guardia baja, no se esperaba esa pregunta.
- Bueno en cuanto a mi, si hablamos del mundo humano me gusta la constelación de Capricornio simplemente porque en su dimensión mi fecha de nacimiento cae en el mes de ese signo... en cuanto a estrella mi favorita es Deneb Algedi, es la más brillante en la constelación de Capricornus. - movió sus pies de un lado para otro cual niña mientras pensaba - en cambio allá en Ghwän el cielo nocturno es distinto, las estrellas tienen distinto nombre como sus constelaciones - le dijo mirando sus delicados y pálidos pies.

-Lo sé, los cielos de diferentes dimensiones son extraños pero igual de hermosos-Recordó algo-En el Infierno, en la torre donde están todos los manuscritos de Opeth, hay un mirador estelar, ahí se pueden ver los diferentes cielos de todas las dimensiones. Cuando llegué a los Setan me la pasé días enteros ahí, aprendiendo-Rió, esos días ni siquiera había dormido de tan fascinado que se encontraba-Y aún así no logré leer ni la mitad de los libros. Algún día llevaré ahí a nuestros hijos-Le dijo, mirando inconscientemente el vientre aún plano de Mailén.

La Mehen escucho atenta a Hiroki aun cuando sus zafiros ojos miraban él horizonte negro ¿que habría mas allá? Suspiro pensativa para después escuchar él agua del mar meserce, él silencio era cálido a comparación de otros incómodos y frío. Entonces sintió la mirada verde del hombre en su plano vientre y sonrió.
- ¿Quieres sentirlos? - le dijo rebelando que no era tan solo uno. Sin previo aviso tomo la muñeca de una de las manos de Hiroki y la apoyo en su vientre- sabes tal vez estaré de apenas un mes o menos, pero él desarrollo de los Mehen es rápido a comparación de la de un ser humano común y.corriente - y un movimiento se produjo dentro suyo causando una leve mueca de dolor en él rostro pálido de la mujer - pero también muy doloroso - añadio con una débil risa.

Sin duda alguna eso había tomado a Hiroki totalmente desprevenido, y más cuando sintió el movimiento de sus pequeños. En ese momento se volvió un niño pequeño, sonrió abiertamente, fascinado por la nueva sensación. Cuando Wnne estuvo embarazada, siempre estuvieron en su faceta de lobo (o perro, como le quisiera llamar) y la gestación fue relativamente corta, así que no había tenido la oportunidad de sentirlos.
-¿Así que "sentirlos"?-Le preguntó, alzando la ceja. Inconscientemente empezó a acariciar el vientre de la mujer-Entonces tendremos que elegir más de un nombre, y los conoceremos mas pronto. Intentaré buscar alguna poción que te alivie el dolor, seguramente alguno de mis hermanos conocerá de esos temas.

- Si en verdad se sienten - si río mirando a Hiroki, sus ojos resplandecían como nunca antes desprendiendo tal vez un sentimiento que solo una vez en su vida sintió, y eso fue hace mucho tiempo atrás - Si , no es solo uno o una... Aunque siempre en mis sueños aparecen dos niños: una mujer y un hombre - miro hacia abajo, su vientre y negó levemente con la cabeza - solo si te pido tomare la posion, él.dolor es parte del embarazo, incluso.una simple.mortal los sufre. Es normal - y otro movimiento se produjo dentro de Mailen, solo que este no le dolio-

-Así que un niño y una niña... el niño tendrá a Orión el Cazador como constelación, y la niña a Cassiopeia, la Reina-Dijo distraídamente, mientras miraba el cielo buscando ambas constelaciones, inconscientemente sonrió, ya visualizando a los dos pequeños corriendo y jugando en las llanuras de la manada, mientras sus agrupaciones de estrellas los protegían. Hiroki asintió ante el comentario de Mailén, acerca de que no tomaría pociones-De acuerdo, eres tú la experta.

- Si bueno, es lo que sale enbmis sueños - le recordó mientras se himundia de hombros para después levantarse y caminar hacia donde él agua tocaba la arena para undir sus pierde ahí. Al principio él tacto del agua helada sobre y alrededor de sus pies fue parecido al de miles de pinchazos de alfileres, pero con él correr de los segundos su piel se fue acostumbrando y aclimatando a la temperatura. - ¿que otro lugar es tan hermoso comobedte? - ladeó su cabeza y clavo su zafira mirada en él hombre.

-A veces es sabio guiarnos de nuestros sueños-Rebatió, teniendo varias experiencias que corroboraban sus palabras.
Hiroki miró a Mailén levantarse y caminar hacia la orilla del mar, no le preocupaba en absoluto, Dubhe era sin duda alguna la playa más calma y de aguas menos profundas de la manada, sin embargo no por eso dejó de echarle un ojo. En ese momento le dieron unas inmensas ganas de nadar, sin embargo, al ser un clon, no sabía cuanto podría gastar de energía. El verdadero Hiroki estaba bastante lejos, y en ese momento lo único que le preocupaba era el bienestar tanto de Mailén como de los hijos que llevaba en el vientre. No dejaría que le sucediera nada.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos con la pregunta de la mujer.
-Eso depende de que quieras. Si te refieres a la vista, no hay mejor lugar que la cordillera de Murzim, aunque desde toda la manada se pueden observar las estrellas. De otro modo todos los lugares son diferentes y cada uno tiene su propio encanto-Respondió después de reflexionarlo un poco